Guía OncoSur de cáncer de mama

>  11 2 Detección precoz Manuela Parras Jurado y Paloma Quevedo Moreno Unidad de Radiología de la Mama. Hospital Universitario HM Montepríncipe. Madrid C A P Í T U L O INTRODUCCIÓN La mamografía continúa siendo el único método de imagen aceptado en los programas de cribado poblacionales. El objetivo del cribado mamográfico es detectar el cáncer de mama en su etapa más temprana. La evidencia muestra que el tratamiento en las primeras etapas es más efectivo, y se estima que el cribado reduce la mortalidad por cáncer de mama en un 20 % (1).  RECOMENDACIONES ACTUALES EN EUROPA Sobre la base de la evidencia disponible, la Sociedad Europea de la Imagen de la Mama (EUSOBI) y 50 organismos nacionales europeos de radiología de la mama han manifestado su apoyo al cribado de mama y han publicado unas recomendaciones resumidas en la tabla I. Apoyan el cribado mamográfico bienal de la población femenina con un riesgo promedio de padecer cáncer de mama, típicamente de los 50 a 69 años; la extensión de este hasta los 73-75 años, también cada 2 años, es una segunda prioridad. La extensión desde los 40 o 45 hasta los 49 años, con un cribado anual, puede ser evaluada como una tercera prioridad, país por país. Además, estas sociedades desaconsejan el empleo del ultrasonido como un instrumento de cribado primario en mujeres asintomáticas europeas con riesgo promedio de padecer cáncer de mama, pero se acepta como método de imagen suplementario en el caso de densidad mamaria elevada en mamografía (2) (Figura 1). Existe una creciente evidencia en favor de la tomosíntesis digital de mama como un instrumento de cribado. En general,

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