La responsabilidad de los dentistas en la gestión de los problemas de dolor de la boca y la cara es doble. Su responsabilidad inicial es
diagnóstica: deben identificar aquellas quejas que son corregibles por la terapia dental. Para ello, deben tener un conocimiento preciso
de los problemas de dolor que surgen de fuentes que no son orales o masticatorias. Si no pueden hacer un diagnóstico adecuado, se
convierte en su responsabilidad de referir al paciente a alguien que creen que es competente en ese campo de práctica.
La segunda responsabilidad del dentista se refiere a la terapia. Una vez que la queja del dolor se identifica correctamente como una
condición susceptible de terapia dental, el tratamiento por el dentista está en orden. Se debe considerar si se necesita o no una
consulta con otro médico en la planificación del tratamiento. Si la terapia en cualquier momento no resulta eficaz según lo planeado, se
convierte en responsabilidad del dentista buscar la causa del fracaso utilizando, si es necesario, la ayuda de colegas. Si la condición
presentada es claramente una que no sería susceptible de terapia dental, el paciente debe ser referido al médico apropiado.
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Responsabilidad
diagnostica
Dental
No dental
Periodontal
Mucosa
Dolor
masticatorio
Dolor
neuropatico
Responsabilidad
terapéutica
Dental
No dental