Anatomía patológica y biología molecular de los sarcomas de partes blandas
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una inclusión exhaustiva. Además, el estudio de los bordes de resección también es más adecuado
realizarlo en un estudio en diferido. El estudio intraoperatorio sí puede resultar útil para establecer la
existencia de tejido tumoral viable.
2. MANEJO DE LAS MUESTRAS
Las biopsias con aguja gruesa
(BAG) deben aportar al menos
3 cilindros representativos del
tumor. Uno de ellos puede remi-
tirse en fresco y los restantes fi-
jados en formol. Para aumentar la
rentabilidad de la muestra, puede
incluirse un cilindro en cada blo-
que (Figura 1). La mayor parte de
las técnicas moleculares puede
realizarse sobre material parafi-
nado tras fijación en formol, pero
otros estudios genéticos pueden
requerir material congelado. Las
técnicas inmunohistoquímicas se
realizan de manera convencional
en material parafinado.
Las biopsias incisionales abiertas se remiten en formol. Solo en el caso de tener un tamaño suficien-
te se remiten en fresco y se congela una representación en nitrógreno líquido a -70 ºC.
Las piezas de excisión quirúrgica deben enviarse al Servicio de Anatomía Patológica directamente
después de su resección en el paciente. Se deben remitir en fresco, sin formol, y deben mandarse
marcadas para que puedan ser orientadas y faciliten la identificación de los bordes quirúrgicos de
resección (Figura 2). Es recomendable tomar una muestra en fresco que se congelará en nitrógeno
líquido a -70 ºC. Después, la pieza se mide en sus tres dimensiones, se pesa y se pinta su superficie con
tinta de tejidos. Suele ser suficiente con un color, aunque pueden usarse más de uno si interesa identi-
ficar más específicamente una zona. Posteriormente, se realizan secciones seriadas de 1 cm. La pieza
debe fijarse en formol en un recipiente adecuado de 24 a 48 horas, según su tamaño. Deben tomarse
fotografías de la pieza de resección, ya sea en fresco o tras su fijación en formol. Luego se estudia la
pieza, prestando especial atención a la relación del tumor con los márgenes de resección y midiendo la
distancia del tumor a cada uno de los márgenes. En el estudio macroscópico de la pieza debe indicarse
el color, la consistencia, la existencia o no de necrosis y el porcentaje de esta respecto a la totalidad del
tumor, así como la existencia de áreas de hemorragia y la presencia de áreas quísticas. A continuación,
se toman muestras representativas (aproximadamente 1 por cm). No es necesario incluir un borde de
resección si está alejado más de 3 cm del tumor, salvo que se trate de algunos sarcomas superficiales,
como el mixofibrosarcoma de bajo grado o el sarcoma epiteliode, que pueden infiltrar microscópica-
mente. Los tumores que miden menos de 5 cm es recomendable incluirlos en su totalidad. Cualquier
zona de apariencia macroscópica distinta al global de la lesión debe incluirse para su estudio y tipifi-
cación. En piezas resecadas tras una biopsia previa abierta incisional es necesario remitir para estudio
la resección de la cicatriz de la cirugía previa así como el tracto de biopsia, que debe marcarse en su
primer abordaje quirúrgico para identificarlo y resecarlo en la cirugía posterior.
Figura 1.
Biopsia con aguja gruesa de tumor de partes
blandas y su inclusión en un bloque.