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Guía OncoSur de diagnóstico y tratamiento del dolor

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El tipo de tumor primario, el estadio de la enfermedad y la cercanía a estructuras nerviosas

son importantes factores que influyen en la prevalencia del tumor oncológico. Los tumores que

frecuentemente metastatizan en hueso como mama o próstata se asocian a una alta incidencia

de dolor que puede estar entre el 60 y 80 % de los casos, asimismo el dolor se posiciona como

el síntoma más frecuente en los estadios avanzados de la enfermedad, de tal forma que más

del 90 % de los pacientes incluidos en las unidades de cuidados paliativos tienen tratamiento

antiálgico.

La ansiedad y la depresión, situaciones tan frecuentemente observadas en la evolución de la enfer-

medad, son otros factores que pueden influir en la percepción del dolor (3), existiendo una evidencia

creciente de que la incorporación precoz de los pacientes a las unidades de cuidados paliativos y el

tratamiento efectivo del dolor están ligados a la supervivencia (4).

1. FISIOPATOLOGÍA DEL DOLOR

Desde el punto de vista neuroanatómico y neurofisiológico se han descrito dos tipos de dolor: dolor

nociceptivo y dolor neuropático.

1.1. Dolor nociceptivo

El dolor nociceptivo es el resultado de la afectación neoplásica de vísceras y tejidos no nerviosos.

Se debe al estímulo de los nociceptores, terminaciones nerviosas libres cuya función es informar

de cualquier daño corporal. Estos receptores se distribuyen por la piel, músculo, periostio, articula-

ciones, tejido conectivo o vísceras torácicas y abdominopélvicas. Su activación se produce por la

invasión tumoral de estas estructuras.

Es un estimulo nervioso aferente, mediado por citoquinas y por receptores opioides kappa, que a

través de la inervación periférica asciende por el cordón posterior medular hasta la región hipotalá-

mica y córtex.

1.1.1. Dolor somático

El dolor nociceptivo puede ser somático, como resultado de la activación de nociceptores dérmicos

o de tejidos profundos, y entonces suele estar bien localizado. El dolor de las metástasis óseas, el post-

quirúrgico o el miofascial constituyen ejemplos de este dolor.

1.1.2. Dolor visceral

Cuando se estimulan los nociceptores situados en las vísceras torácicas, abdominales o pélvi-

cas, como consecuencia de la extensión tumoral hacia estos órganos, hablamos de dolor visceral.

Es un dolor descrito como profundo y no bien localizado que conlleva una importante disfunción

de la autonomía del paciente. Puede estar referido a la piel en localizaciones remotas a las de la

propia lesión (dolor en el hombro por irritación diafragmática). Las metástasis intraperitoneales,

las metástasis hepáticas o el cáncer de páncreas son ejemplos de tumores que pueden ocasionar

este tipo de dolor.