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B
isfosfonatos
en
el
tratamiento
del
dolor
oncológico
Juan Víctor Apala Zúñiga y Javier Cassinello Espinosa
C A P Í T U L O
E
l dolor es uno de los síntomas más frecuentes en la enfermedad ósea metastásica, lo que supo-
ne la disminución de la calidad de vida y una morbilidad añadida al estado general del pacien-
te. Los bisfosfonatos, en especial el ácido zoledrónico, contribuyen a la prevención de eventos
óseos además del control del dolor, con un aceptable perfil de toxicidad aunque no están exentos de
complicaciones potencialmente graves. Por otra parte, denosumab es otro inhibidor osteoclástico
con un mecanismo de acción diferente que ha demostrado superioridad frente a zoledrónico en la
prevención de eventos óseos con un mejor perfil de seguridad.
1. INTRODUCCIÓN
Las metástasis óseas son las localizaciones más frecuentes de diseminación de las neoplasias ma-
lignas en estadios avanzados, en especial en el cáncer de próstata y el cáncer de mama. Esto implica
un incremento de la morbilidad y el deterioro de la calidad de vida del paciente, secundarias a com-
plicaciones denominadas eventos óseos (1). Los eventos óseos propiamente dichos son la fractura
patológica, la compresión medular, la necesidad de cirugía y la radioterapia ósea, y de entre los
eventos óseos reversibles el más importante es el dolor.
Las metástasis óseas pueden ser de dos tipos: 1) osteolíticas, si predominan los mecanismos
de resorción (mieloma múltiple o cáncer de mama), y 2) osteobláticas, si predomina el depósito
de tejido óseo en la lesión (cáncer de próstata). Dependiendo del tipo de lesión, los mecanismos
fisiopatológicos pueden variar pudiendo incluir a citoquinas y vías celulares distintas como
interleucina-6, RANKL, MIP1, interleucina-3, PTHrP y otros en las lesiones líticas; y a su vez,
la endotelina-1, TGF-β, FGF, BMP, factor derivado de las plaquetas y otros en las lesiones blás-
ticas (2).