Fármacos coadyuvantes en el tratamiento del dolor oncológico
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Los anestésicos locales (por ejemplo, lidocaína) se utilizan en los procedimientos neurolíticos,
fundamentalmente en el dolor neuropático por infiltración del plexo celiaco secundario a cáncer de
páncreas. Los efectos adversos más comunes son parestesias, alteración del gusto, tinnitus, visión
borrosa, somnolencia, disartria, o erupción cutánea local secundaria a la aplicación tópica del anesté-
sico. Cuando los niveles plasmáticos son altos pueden causar convulsiones, arritmias y paro cardia-
co. La infusión de lidocaína intravenosa a dosis de 1-5 mg/kg durante 20-30 minutos es eficaz pero
produce un alivio transitorio. Si la lidocaína ha sido eficaz pero reaparece el dolor, se puede usar un
anestésico local de administración oral, por lo general mexiletina, aunque no son de primera elección
por la tasa relativamente alta de efectos adversos (náuseas, vómitos, temblores, mareos, inestabilidad
y parestesias) e interrupciones debido a la toxicidad en casi la mitad de los pacientes.
El desarrollo de un apósito de lidocaína al 5 % (Versatis
®
) ha facilitado la aplicación tópica de anes-
tésicos locales. Esta formulación ha sido aprobada para el tratamiento de la neuralgia postherpética y la
experiencia clínica apoya su uso para otras situaciones de dolor neuropático. El apósito se aplica general-
mente durante 12 horas al día, pero algunos estudios indican un alto nivel de seguridad incluso con tres
parches durante un periodo de 24 horas. La evaluación se debe realizar tras 2-4 semanas de observación.
Son poco frecuentes las reacciones adversas sistémicas si se usa adecuadamente el apósito. Las reaccio-
ness adversas más frecuentes son de tipo local en el lugar de administración (irritación, prurito...).
La capsaicina tópica, un péptido que reduce la sustancia P en las pequeñas neuronas aferentes pri-
marias, ha demostrado disminuir significativamente el dolor neuropático, pero la irritación cutánea
que produce limita su uso.
1.6. Ketamina
La ketamina es un anestésico derivado de la fenciclidina que proporciona una analgesia y amnesia
intensa denominada “anestesia disociativa”, ya que el paciente parece despierto pero es incapaz de
comunicarse.
Actúa bloqueando de modo no competitivo el receptor NMDA, siendo por tanto útil para atenuar y
revertir la tolerancia a la morfina por la inhibición de los receptores NMDA.
La ketamina se ha utilizado en el dolor refractario a opiáceos. Normalmente, la terapia se inicia
a dosis bajas por vía subcutánea o intravenosa, por ejemplo, una dosis inicial de 0,1-0,15 mg/kg en
infusión breve o de 0,1-0,15 mg/kg/hora en infusión continua. La dosis puede ser gradualmente au-
mentada, previa evaluación de la intensidad del dolor y los efectos secundarios. En los pacientes con
dolor refractario y esperanza de vida limitada se puede mantener una terapia a largo plazo mediante
infusión continua subcutánea o repitiendo las inyecciones subcutáneas. La administración oral tam-
bién se ha utilizado, pero la experiencia es más limitada. Durante la infusión, el consumo de opiáceos
puede ser reducido lentamente incluso hasta el 90 % de la dosis inicial. Un efecto farmacológico
adverso es la taquifilaxia, que se desarrolla con el uso prolongado de la ketamina por vía intravenosa
o subcutánea y que disminuye la eficacia a largo plazo.
1.7. Neurolépticos
Los neurolépticos pueden utilizarse en el tratamiento del dolor. La levomepromacina muestra un
efecto analgésico similar a la morfina. Dosis de 20 mg son comparables, en potencia analgésica, a
10 mg de morfina. Los neurolépticos producen en el individuo un estado de indiferencia hacia el