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La cirugía en el diagnóstico y tratamiento de los sarcomas de partes blandas

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2. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

2.1. Objetivos del tratamiento quirúrgico

El principal objetivo es garantizar al máximo la radicalidad de la cirugía. El primer tratamiento

condiciona el pronóstico. La radicalidad estará en función de las posibilidades reconstructivas que

tengamos. La reconstrucción primaria siempre es la mejor opción (3).

La cirugía conservadora del miembro no debe comprometer el objetivo oncológico principal, que

es la erradicación del tumor para permitir la curación. Además, debe garantizar la funcionalidad de la

extremidad afectada. Es muy importante la planificación preoperatoria para realizar reconstrucciones

de partes blandas lo más anatómicas y funcionales posibles.

El objetivo del tratamiento quirúrgico de los sarcomas de partes blandas (SPB) es extirpar comple-

tamente el tumor, prevenir recidivas y la posibilidad de diseminación a distancia. Esto se consigue

con mayor probabilidad realizando una resección con márgenes amplios o una resección radical. La

cirugía resulta imprescindible en todas las etapas de la enfermedad, pero es solo una parte del com-

plejo tratamiento multidisciplinar que requieren estos tumores (4).

Los SPB son poco frecuentes y su diagnóstico definitivo y tratamiento deben ser realizados por

un equipo multidisciplinar con experiencia y en un centro de referencia. Si la anterior premisa no se

cumple, puede condicionar el tratamiento, disminuir las posibilidades de curación y empeorar el pro-

nóstico de supervivencia. Desde otro punto de vista, el tratamiento en centros de referencia es menos

costoso a medio plazo y mejora la eficiencia en la gestión de los recursos.

Si la enfermedad está localizada, la cirugía con márgenes amplios es curativa en más del 50 % de

los casos (1). En los sarcomas de alto grado histológico o con márgenes quirúrgicos próximos resulta

imprescindible el concurso de la RT para un adecuado control local de la enfermedad. Ante una en-

fermedad sarcomatosa diseminada, la cirugía continúa teniendo sus indicaciones: la metastasectomía

quirúrgica debe ser la primera opción terapéutica en metástasis pulmonares aisladas y con intervalo

libre de enfermedad superior a 1 año. En estadios IV avanzados la cirugía ocasionalmente se indica

como adyuvancia del tratamiento sistémico (para disminuir el volumen del tumor que se debe tratar);

o, más frecuentemente, con intención paliativa locorregional, por ejemplo, por una lesión ulcerada.

2.2. Principios en cirugía oncológica

Los objetivos de la resección quirúrgica son la extirpación completa del tumor con márgenes am-

plios y el menor compromiso funcional posible, lo que habitualmente se consigue con resecciones

intracompartimentales a través de tejido sano. Cuando el margen es músculo o tejido adiposo debe

ser más amplio que cuando lo que se interpone es una fascia, el epineuro o la adventicia arterial.

Cuando los márgenes amplios no son posibles si no es con el sacrificio de estructuras neurovascula-

res mayores, la cirugía conservadora del miembro debe revaluarse frente a la amputación, que estaría

indicada si es la única posibilidad de resección oncológica o si la cirugía conservadora conlleva una

reconstrucción no funcional (4).

La planificación de la cirugía ha de consensuarse dentro del equipo multidisciplinar que esté

tratando al paciente, con suficiente flexibilidad como para cambiar la estrategia en función de las

circunstancias de cada caso. En la planificación de la resección lo primero que se ha de considerar

es el abordaje quirúrgico, que debe ser lo suficientemente amplio como para permitir resecar el