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Principios generales del tratamiento farmacológico de la enfermedad localizada

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la SG. En el análisis por subgrupos, sin embargo, se observó un aumento de la SLR y de la SG en

la rama de la quimioterapia en pacientes con SPB de extremidades, alto grado y tumores grandes.

Tras la publicación de los estudios de segunda generación, el SMAC realizó una actualización del

metaanálisis en 2008 con 18 estudios randomizados que incluían los estudios descritos previamente,

excepto el estudio de la EORTC.

Los resultados mostraron un incremento en la SLR local (OR: 0,73) y a distancia (OR: 0,67), así

como un mayor beneficio en la SG, sobre todo para la combinación de antraciclina + ifosfamida

(OR: 0,56) con una disminución del riesgo de muerte del 11 % en pacientes tratados con la qui-

mioterapia adyuvante. Estos resultados contrastan con los resultados del estudio EORTC 62931.

Una posible explicación es que este último incluía pacientes con SPB con diverso tamaño, grado,

histología y localización y que la dosis de ifosfamida era relativamente baja.

2.3. Conclusiones

El papel de la quimioterapia adyuvante para pacientes con SPB resecado sigue siendo controver-

tido y no se puede considerar como tratamiento estándar en la población general que padece esta

patología (6).

La decisión de realizar o no el tratamiento adyuvante se debe discutir de forma individual con cada

caso, teniendo en cuenta el estado general del paciente, comorbilidades, edad, tamaño tumoral, gra-

do, localización tumoral (extremidades/tronco/retroperitoneo) o subtipo histológico para valorar los

riesgos y beneficios de la intervención.

Sin embargo, dados los resultados ya mencionados positivos a favor de la quimioterapia adyuvante

en pacientes con tumores de alto riesgo (tumores de alto grado, profundos, ≥ 5 cm) localizados en

extremidades o tronco, este tratamiento constituye una opción razonable. Si se decide administrar

quimioterapia adyuvante, la recomendación estándar son 5 ciclos de adriamicina/epirrubicina + ifos-

famida y no adriamicina en monoterapia. La intensidad de dosis es importante; se recomienda adria-

micina a 60-75 mg/m

2

o epirrubicina 120 mg/m

2

e ifosfamida 6-10 g/m

2

como regímenes preferidos.

Retrasar la radioterapia hasta que se complete la quimioterapia adyuvante no se asocia con un peor

control local y, por tanto, se debe iniciar una vez que se ha finalizado la administración completa de

la quimioterapia (7,8).

Por el contrario, a los pacientes con sarcomas de bajo grado, < 5 cm, de localización retroperitoneal

o visceral o subtipos histológicos poco sensibles a la quimioterapia no se les debería recomendar la

quimioterapia adyuvante. Así como tampoco es función de la quimioterapia adyuvante sustituir o

rescatar una cirugía inadecuada con márgenes de resección insuficientes.

En la era digital en la que trabajamos existe una herramienta llamada “Sarculator” (App para iOS

y Android:

www.sarculator.com)

que podemos utilizar para predecir el pronóstico de estos pacientes

introduciendo varios ítems y de esta manera ayudarnos en la toma de decisiones para indicar una

quimioterapia adyuvante o no hacerlo.

3. QUIMIOTERAPIA NEOADYUVANTE

Utilizar la quimioterapia previa a la cirugía en SPB (quimioterapia neoadyuvante [QNA]) puede

tener ciertos beneficios teóricos (9):